Las glándulas salivares son aquellas encargadas de producir la saliva, imprescindible para mantener
la boca húmeda, proteger a los dientes de las caries y contribuir a la digestión de los alimentos.
Entre todas las glándulas salivales producen aproximadamente entre 1-1,5 litros al día de saliva.
La mayoría, sobre todo durante las comidas, es producida por las glándulas mayores, que se
encuentran a distancia de la boca; parótidas, por delante de los oídos; submaxilares, en el cuello
bajo el arco de la mandíbula; sublinguales, en el suelo de la boca.
Las glándulas menores, tapizan la mucosa de la boca por centenares y su principal
función es mantener la boca hidratada en todo momento.
Problemas en las glándulas salivales
Los más característicos son la sialolitiasis y la sialoadenitis.
Es la formación de piedras de sales de calcio en el interior de las glándulas. Pueden dar
lugar a la obstrucción del drenaje de la saliva a la boca con la consiguiente infección de la glándula
por estancamiento o sialoadenitis. Las personas muy mayores y los niños son más susceptibles de
tener este tipo de patología.
En los niños, sobre todo, la glándula parótida se puede inflamar sin obstrucción, a través de una
infección por el virus de la parotiditis. Es la famosa parotidits vírica conocida como paperas.
Afortunadamente, en nuestro medio, esto último es excepcional gracias a la vacunación obligatoria.
No obstante, otros virus pueden producir también inflamación generalmente leve de las glándulas
(virus de la gripe, Coxackie, citomegalovirus, etc.)
Hay alteraciones sistémicas, generalmente en forma de enfermedades reumáticas que pueden
afectar, aparte de otros órganos, a las glándulas salivales, más frecuentemente el Lupus
eritematoso, la artritis reumatoide, etc. En este contexto, el síndrome de Sjögren es una afectación
relativamente común, sobre todo en mujeres con Lupus. Se trata de un proceso aparentemente
autoinmune en el que el cuerpo genera autodefensas frente a células sanas de las glándulas
salivales, además de las que producen sudor o lágrimas con su progresiva destrucción. Esto va a
producir sequedad de boca, sequedad ocular y, secundariamente, sequedad vaginal, de la piel, etc.
El método de diagnóstico más eficaz pasa por realizar una biopsia de una glándula salival menor,
intervención muy sencilla que lleva unos 3 minutos y que la realiza el cirujano maxilofacial bajo
anestesia local.
La xerostomía o sequedad bucal es otro trastorno muy frecuente, sobre todo en personas de cierta
edad y puede controlarse generalmente por medios relativamente sencillos. Más adelante, nos
referiremos a ello.
Finalmente, sobre las glándulas salivales pueden aparecer, como en otras partes del cuerpo, varios
tipos de quistes y tumores, la mayoría benignos, como el tumor de Warthin o el adenoma
pleomorfo pero también malignos o cancerígenos.
Síntomas de los trastornos de la glándulas salivales
En las sialolitiasis y sialoadenitis es típico que se produzcan episodios de inflamación de forma
más o menos brusca cuando estamos comiendo. En un lado de la cara, bien por delante del oído,
por debajo del arco de la mandíbula o en el suelo de la boca. Generalmente desaparecen de forma
espontánea o con masaje, pero nos deben alertar para, de forma no urgente, consultarlo con el
cirujano maxilofacial. En ocasiones, no desaparece en unas horas e, incluso va empeorando el
enrojecimiento y la dureza de la zona, que se encuentra dolorosa. Generalmente, este tipo de
situación requiere atención de forma urgente.
Las infecciones virales de las glándulas, por lo general, van a afectar a ambos lados, y pueden
producir fiebre, dolor articular y muscular, además de dolor de cabeza, como síntomas más destacados.
En caso de quistes y tumores, vamos a notar una dureza, en forma de bola de mayor o menor
tamaño, generalmente no dolorosa pero que se mantiene en el tiempo en las zonas de la cara donde
están las parótidas o submaxilares. EL cirujano maxilofacial lo explorará y pedirá pruebas de
imagen (Ecografía, TC, etc) si estuviera indicado. A veces, viene precedida la aparición de esta bola
por otras alteraciones mucho más inespecíficas como dificultad para movilizar correctamente un
lado de la cara que, en cualquier caso, requieren atención urgente.
¿Cómo se tratan los trastornos de las glándulas salivales?
Como hemos visto, el cirujano maxilofacial es el profesional que está formado en el diagnóstico y
tratamiento de la patología de las glándulas salivales. Aunque en muchos casos el tratamiento no va
a ser quirúrgico, es el propio cirujano quien realizará el tratamiento médico o podrá derivar e otros
especialistas si fuera necesario, por ejemplo a pediatría las parotiditis virales o a reumatología las
afecciones sistémicas.
En casos de sialolitiasis y sialoadenitis de repetición se puede realizar tratamiento endoscópico, con
la introducción de una cámara y ciertos instrumentos por el orificio de salida de la glándula en la
boca. Con ello logramos lavar el trayecto para desobstruirlo o retirar el cálculo si ya
está formado.
A veces, tanto en litiasis, como en quistes y tumores, la solución requiere la extirpación de la
glándula. Se realiza en quirófano, dura entre 40 minutos y 2 horas y, en manos expertas, va a tener una
tasa ínfima de complicaciones. Aquí prestamos, además, especial interés, no sólo en respetar los nervios
y otras estructuras cercanas sino también en conseguir que las cicatrices queden ocultas y pasen lo más
desapercibidas posible.

Las intervenciones más radicales de extirpación ampliada y reconstrucciones maxilofaciales
complejas las reservamos para casos oncológicos, es decir, tumores malignos. Ahí se personaliza
cada caso mediante un estudio adecuado. Una buena resección del tumor con partes adyacentes
sanas va a marcar el pronóstico del caso mientras que una buena reconstrucción va a conseguir que
el paciente viva con las menores secuelas posibles.
Doctor, tengo la boca seca
Es muy típico que personas de cierta edad, sobre todo mujeres, se quejen de xerostomía o
sequedad de boca. En ocasiones, llega a ser verdaderamente incapacitante, con dificultad para
masticar, tragar y hasta para hablar. Estos pacientes generalmente pasan por un vía crucis de
consultas a diferentes especialidades sin encontrar, muchas veces, una solución adecuada. El
cirujano maxilofacial es el profesional que mejor puede orientar en este tipo de problemas. Además,
recomendará el mejor tratamiento médico en forma de estimuladores salivales naturales, saliva
artificial, hidrantantes de la mucosa y, en caso de que no sea suficiente, puede realizar otro tipo de
procedimientos mediante estimulación glandular por aparatología externa