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Cuando, a lo largo de la vida, se van perdiendo las piezas dentarias, el organismo, por un simple concepto de economía, comienza a eliminar el hueso donde se alojaban los dientes.

Este proceso no se interrumpirá salvo que se coloquen implantes dentales que actúan estimulando al hueso de una forma similar a los dientes naturales. El problema es que, en ocasiones, cuando se van a colocar los implantes, el hueso que queda no es suficiente para albergarlos.

Según nuestra experiencia clínica, con excepción de alguna contraindicación médica muy concreta y rara, prácticamente siempre se pueden colocar implantes dentales.

En muchos de estos casos de pérdida de hueso extrema será necesario emplear algún procedimiento complementario para, poner hueso donde no lo hay o para colocar implantes específicos, más largos, angulados, etc. para así aprovechar la situación que tenemos. Estas son las cirugías preprotésicas más habituales:

Regeneración ósea guiada

A veces, la anatomía del hueso maxilar que nos queda nos permite regenerar las zonas en las que se ha perdido el hueso simplemente con un biomaterial externo (componentes naturales del hueso de origen animal o sintético tratados en laboratorio). Ese material, normalmente en forma de gránulos, va a servir como andamiaje para que las células del propio paciente vayan fabricando el hueso que ocupará todo ese espacio.

Es necesaria la colocación de una membrana que se reabsorberá con el tiempo y que nos contiene el biomaterial para que no se vaya a zonas no deseadas y para “obligar” al organismo a formar específicamente hueso y no cualquier otro tejido.

En este terreno se están realizando grandes avances en ingeniería tisular, fundamentalmente en células madre y proteínas morfogenéticas. Aún es algo experimental pero lo seguimos muy de cerca para implementarlo en nuestros protocolos clínicos.  

Elevación de seno maxilar o injerto ósea subantral

La parte posterior del maxilar superior, donde tenemos las muelas, está situada inmediatamente bajo el seno maxilar, que es una cavidad llena de aire en el interior del hueso. Cuando las muelas se pierden, el hueso irá desapareciendo progresivamente y, en esa zona, además, el seno maxilar puede ir aumentando su tamaño. El resultado es que donde tenemos que colocar los implantes, no hay suficiente hueso para albergarlos.

La técnica de elevación de seno maxilar nos permite colocar hueso o biomaterial en el interior del seno maxilar para aumentar la altura del hueso donde van a ir los implantes. Se puede hacer desde el propio orificio de fresado de los implantes o bien abriendo una ventanita en el propio hueso. En ambas técnicas se introduce el material en el seno respetando la membrana que lo recubre por dentro. La intervención es muy sencilla, indolora y con una pequeña inflamación. Los implantes pueden colocarse a veces en la misma intervención o, en otras ocasiones y en función del caso, tendremos que esperar unas cuantas semanas.

Injertos óseos

En ocasiones, optamos por tomar hueso de una zona donante del propio paciente para ganar la altura o la anchura deseada. Casi siempre elegimos la zona “donante” de hueso en el interior de la boca, bien la rama mandibular (al lado de la muela del juicio inferior), el mentón, etc. Áreas donde no vamos a dejar absolutamente ninguna secuela, ni estética ni funcional. Sólo en casos muy severos y excepcionales podemos plantearnos acudir a zonas donantes de fuera de la boca (cresta ilíaca, caleta craneal) con el fin de obtener una cuantía mucho mayor de hueso de forma segura.

El injerto recogido se colocará en la zona donde falta el hueso y se fijará con microtornillos de titanio o reabsorbibles. En unos meses, el hueso estará plenamente incorporado y podremos colocar los imlantes dentales en la zona donde previamente no había posibilidad.

All on 4 ®

Una excelente opción para colocar arcadas completas de dientes, sin necesidad de injerto, en huesos atróficos. Es una técnica descrita en 1998 por Paulo Malo y consiste en rehabilitar una arcada dentaría entera, superior o inferior utilizando 4 implantes estratégicamente colocados. Angularemos hasta 45º los dos implantes posteriores para aprovechar al máximo el hueso existente y asegurarnos de respetar las estructuras que nos limitan, por ejemplo nervios.

Sobre esos 4 implantes, podemos colocar el mismo día de la cirugía una prótesis inmediata atornillada a los mismos si el caso cumple unos requisitos básicos. Podemos realizar las extracciones, si son necesarias, la colocación de implantes y el paciente sale de la clínica con dientes fijos. Todo ello bajo anestesia local.

En la técnica de All on 4 ®, utilizamos los implantes Nobel Biocare, que son los avalados en la literatura médica para este procedimiento, donde la tasa de éxito publicada supera el 95%.

Implantes zigomáticos (Zygoma)

Si nos encontramos con una perdida extrema de hueso en el maxilar superior, también podemos injertar hueso, con cualquier procedimiento descrito anteriormente, para devolver la anatomía. Lo que sucede es que a veces el hueso que nos queda no es más que una fina lámina y los injertos necesarios pueden conllevar bastantes meses de espera antes de que podamos colocar los implantes.

En estos casos, es muy recomendable valorar la opción de implantes zigomáticos.  Se trata de unos implantes especiales, más largos que los normales y que se van a insertar, mediante un procedimiento quirúrgico especial, en el hueso zigomático o malar, en vez de en el maxilar. El malar es un hueso fuerte que soporta sin problema la carga de unos implantes anclados en él. Dichos implantes, van desde su anclaje, por el interior del maxilar hasta su salida en la boca, donde se conectarán los dientes.